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TEATRO : ENTREVISTA CON FERNANDO PEÑA

Temporada sin final feliz

Adelantó por unos días el cierre de "Ni la más puta" tras la convulsionada función del sábado.

Estoy podrido de que no me entiendan, lo mío es el teatro diferente. Soy un performer, y cuando subo a escena, ese territorio de la verdad, algo puede salir bien o algo puede salir mal. No doy más explicaciones", dijo ayer a la tarde a Clarín Fernando Peña, que, tras una convulsionada función el sábado a la noche, dejó de realizar Ni la más puta en el Multiteatro unos días antes de su cierre de temporada. El actor se habría bajado desnudo a la platea lo que provocó el espanto de muchos.
Respetuoso del artista en cuestión, el productor Carlos Rottemberg bajó los decibeles de cualquier polémica. "Mi relación personal con la persona Fernando Peña es muy buena y tengo un gran respeto por el artista", comenzó el empresario. Después de recordar las diferentes temporadas en que vienen trabajando juntos —en el Liceo en 2004, en el Lorange en 2005 y este año en el Atlas de Mar del Plata y en el Multiteatro— el productor reconoció que el sábado hubo una función difícil en la que se retiraron más de treinta personas que después pasaron por boletería a reclamar su dinero.
El productor aceptó que hubo gente molesta el sábado y que eso derivó en que no se llevara adelante la segunda función de esa noche, pero no se hizo muchos problemas. "Si el teatro es un hecho vivo, en el de Peña eso se percibe muy nítidamente. Y hay que ser cuidadoso porque lo que le molesta a un espectador a otro le parece genial. Es cierto que se pensaba seguir un poco más, pero para el 12 de julio, en esa sala, está pautado el regreso de No seré feliz pero tengo marido", dijo a Clarín.
Fernando Peña defendió su performance teatral. "Lo que pasó el sábado —explicó ayer— fue teatro, el vértigo de lo que sucede en una función. Y estoy podrido de que no me entiendan ni mi agente de prensa ni el público ni la gente del teatro. Si todos quedan con el culo lleno de interrogantes, no es problema mío".
Peña defendió su derecho al juego de improvisar sobre el escenario. "Por eso el espectáculo se llamaba Ni la más puta, porque no tengo ni la menor idea de lo que va a suceder. Lo que pasa es que a mí se me escucha, pero no se me oye. La gente no entendió. Se adelantó el cierre de la temporada, pero no porque estaba en trance diabólico, ni drogado, como dicen por ahí. Pero yo no soy un loquito, soy un artista: a mí hay que tomarme en serio. Lo que pasó el sábado, me lo llevo a la tumba".


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